sábado, 9 de mayo de 2009

Lo constante del cambio


Vivimos en constante cambio o en cambio constante, según cada quien. Pero, ¿cómo reconocerlo?, ¿cómo saber que ahí esta viendo, espiando, esperando?, ¿cual es la mejor forma de afrontarlo y aceptarlo?

Un día alguien estaba muy tranquilo conviviendo con su rutina. Otro día alguien sentía que cambio estaba por sus rumbos. Obviamente el miedo le hablo por telefóno para estar juntos otra vez y aun que alguien le diga que no, el miedo de todas formas va a casa de alguien. El cambio, que en verdad estaba cerca, estaba con su amigo el tiempo. Parecía que se venía otra de esas comidas a las que a alguien no le gustaba ir y es que cada vez que el tiempo quiere se van a comer los cuatro (el cambio, el miedo, alguien y el tiempo). El tiempo llega corriendo como siempre a la comida. Un poco mas atrás llega el miedo divagando y sin saber por donde ir pero siempre adelante de alguien, quien lo sigue sin saber por que. El último en hacer su aparición es el cambio. En la comida todos hablan a la vez (no al mismo tiempo, por que entonces el mismo tiempo se confundiría). Las mesas de a lado se quejan con el gerente para que bajen la voz los de la mesa de a lado. Sólo se oyen gritos de "quien sabe que.. destino! ... y el destino ... " Al pobre destino lo dejaron de invitar a esas comidas por que era muy presumido, pero siempre hablan mal de él, lo cual le molestaba a alguien por que decía que él si confiaba en destino y era su amigo y que por favor no hablaran mal de él. Alguien dijo que con destino había que hacer lo mismo que con el fútbol y la religíon: no hablar de eso, pero no le hicieron caso.
Después de la agitada comida pasó lo de siempre. No quedaron en nada, el tiempo salió corriendo y el cambio gritandole para que no se fuera, el miedo como fantasma sin saber a donde ir y alguien sin saber lo que había pasado pero sabiendo que algo iba a pasar. Iba a tener q hacer algo que hacía mucho que no hacía llamarle a un amigo de nombre confianza y de apellido tranquilotodovaestarbien para pedirle un favor con toda la pena del mundo por que sólo le habla cuando necesita algo. Su amigo le contesto muy bien y le dijo que no habia problema.
Dos días después agarró unas cosas dejo otras tantas, pensó unas ideas y otras no y... nunca fue lo mismo. Lo cual es raro por que nunca casi no se lleva con lo mismo pero ahora eran una misma cosa!