A veces no se si me levanto porque quiero ir al baño o si porque voy al baño me levanto. La realidad es que me levanto con la ilusión de ser alguien mejor o por lo menos de hacer a alguien mejor, pero, ¿qué tanto podemos hacer a alguien mejor?. Muchas veces ni nos damos cuenta, otras veces las cosas que nosotros consideramos como mejores son en realidad peores, pues como dijo Albert Einstein, todo es relativo. Sólo alguna vez en alguna rara ocasión tenemos la ilusión de ayudar a que alguien mejore. Cuando ponemos todo nuestro empeño, todas nuestras ganas, toda nuestra fuerza, toda nuestra ilusión, deseo y esfuerzo por alguien mas... a lo mejor, sólo a lo mejor podremos hacerlo.
Las gracias no las recibiremos, a lo mas que aspiramos es a una llamada telefónica que diga que le has salvado la vida. Probablemente no será de su parte, pues el ego humano es el peor enemigo que tenemos y nunca aceptará que otra persona nos ha salvado.
Suena el telefono y alguien te dice que has salvado una vida; todo el sacrificio tiene sentido, pero, ¿cual?.
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