martes, 5 de agosto de 2008

El Angel de la Independencia


¡Por fín llegó!



Hemos logrado en México gracias a Carlos Slim que se nos tome en cuenta (quisiera decir como país primer-mundista pero en realidad no puedo) como país consumista. ¿Qué es realmente el iPhone? Podriamos decir que es un telefono celular con una agenda bien diseñada y buenas funciones de internet. Y ya. El hacer colas desde las seis de la mañana para ser uno de los primeros en adquirir el aparato me parece patetico aquí y en China, donde probabalemente también hicieron filas aún mas grandes, pero, lo mas grave no es eso, sino mas bien, la forma en la que vivimos hoy y es que mentí cuando dije que el iPhone es simplemente un telefono. ¡Es mucho mas que eso! Es también una gran forma de llenar nuestras carencias espirituales.

Carencias que se han generado por una falta de fe en el mismo mundo, por un cambio en la jerarquía de los valores tradicionales y por que hoy ya no creemos ni en nosotros mismos. Se ha generado un vacío inmenso que cada quien trata de llenar como puede. No es que no haya valores, por que si los hay, pero es que estos valores, esta nueva jerarquía de logros es igual de patética que formarse a las seis de la mañana por un iPhone, de hecho es lo mismo. Hoy lo importante es eso, tener algo (llamese iPhone, bolsas Prada, zapatos Ferragamo, etc, etc, etc) que te distinga de los demás, que te de un status social, que pruebe que tengas dinero y que diga a leguas "miren soy un hombre exitoso, aún que espiritualmente este fracasado".

Estamos vacíos, en una especia de hoyo del que pretendemos salir llenandonos de cosas, pretendemos que lo material cubra lo espiritual y a mí, en mi humilde opinión (por que no es me guste contradecir a los grandes pensadores de la humanidad) me parece que no va a a funcionar. Lo que si logramos con la llegada del iPhone es comprobar que el consumismo nos afecta a todos: ricos, pobres, inteligentes y tontos.

1 comentario:

El Justo Medio dijo...

Hay gente que va a 'terapias de la risa'. O creen en 'El Secreto' que, por cierto, yo no sé qué tenga de secreto si todo el mundo está enterado.
No es tanto el 'vacío espiritual', si no nuestra ceguera ante lo valioso del mundo. Tenemos todos glaucoma, por eso estamos así. Lo que falta es re-educar la mirada a ver el valor de todos los valores: hay esperanza en el mundo. Pero lo único que la puede garantizar es un Amor y una piedad sin fin. Solamente una persona podría garantizar eso, eso que puede llenar el hambre de espiritualidad.